LA CURIOSA HISTORIA DE NARANJITO DE MONTALVO

Hoy les contamos la curiosa historia del toro llamado Naranjito de la ganadería salmantina de Montalvo. Marcado con el número 54 y guarismo 7, este bonito ejemplar de pelaje un tanto peculiar, yo diría que castaño, bragado, girón, axiblanco y caribello, fue indultado en el año 2011 por Miguel Tendero, en la localidad segoviana de Cantalejo. 

Naranjito de cuatreño, antes de ser indultado. Foto web UCTL.
Según cuentan las crónicas de aquella tarde, Lo mejor llegó al final. Ya en el último toro, y tras saltar el sobrero al albero, Miguel Tendero indultó a un magnífico astado de El Montalvo de nombre 'Naranjito'. En una faena de menos a más, Miguel Tendero firmó sus mejores series al final del trasteo, sobre todo por el pitón derecho, y realizando unos desplantes aplaudidos por el respetable. La buena disposición del astado, siempre a más incluso cuando el espada alargó la faena, produjo el indulto del animal (...).

Y es que Naranjito fue lidiado porque el titular que tenía que cerrar el festejo, se rompió una pata al poco de salir al albero. De no ser así, no sabemos que habría ocurrido con el destino de este ejemplar.

El toro se recuperó y fue destinado como semental en la ganadería. De su procedencia podemos intuir que fuera cruce entre Daniel Ruiz y Martínez, debido al pelaje que poseía. Pero como nota curiosa, cabe resaltar que no sirvió como raceador, se dejaba todas las vacas sin cubrir, por lo que no se pudo aprovechar su bravura para transmitirla a sus descendientes.

Por lo tanto, decidieron venderlo a un cebadero de la Vall d'Uxó en Castellón, para ser exhibido en las calles, concretamente a La Calderona, regentada por Oscar Usó.

Algo más cambiado que en la foto anterior, Naranjito se mostraba arisco, con la intención de arrancarse y marcando los terrenos cuando llegó a su nuevo destino. Pero enseguida se hizo a su nueva casa y poco a poco se mostró con mayor nobleza. 



La lástima fue que al descargarlo parece que se hizo daño en una pezuña, y poco se pudo hacer para recuperarlo. Varias peñas taurinas se interesaron para exhibirlo por sus calles, ante todo por su  gran belleza, pero todas ellas se quedaron con las ganas, porque la suerte de Naranjito finalizó aquí. Hace una semana que su último destino fue el matadero, no pudo con su cojera y los gerentes del cebadero, decidieron, muy a su pesar, mandarlo para allí. 



Hasta aquí esta curiosa historia de un astado del que su destino siempre le proporcionó alguna sorpresa. De sobrero a indultado, de semental a encontrarse en un cebadero listo para ser exhibido en las calles, y de aquí directo al matadero. 

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