SAN MARTIN, MEZCOLANZA SANTA COLOMA-SALTILLO

Buendía, Graciliano y Coquilla, tres ramas del encaste Santa Coloma que junto al de Saltillo, conviven en la misma ganadería, la de San Martín. Dirigida por Aberto Manuel Hornos desde agosto del año 2010, cuando esta familia ganadera se decidió a realizar esta interesante compra a Ignacio Huelva, quien en un mismo hierro tenía inscritas todas las vacas de Hernández Pla y Pérez de la Concha, junto a las del hierro anteriormente citado y del que fue propietario el mejicano Chafik. La decisión no fue fácil, pero su gusto por este encaste y el complementar con algo diferente su hierro familiar de Carmen Valiente y origen Domecq, les llevó a ello, así, también encontraron una buena oportunidad para continuar con una vacada que estaba desapareciendo.

Desde su inicio, la ganadería va creciendo, tanto en vacas como en sementales, y tan solo en 7 años el número de madres ha aumentado desde 100 a 150. Las nuevas vacas que se incorporan superan a las bajas producidas por las madres más viejas. Igual ocurre con los sementales, actualmente con 6, ya todos sacados en la casa y aumentando su calidad los últimos tentados respecto a los primeros. El ganadero nos comenta “ya le estamos notando una leve mejoría en cuanto a sementales, que es lo más importante, con una buena base de vacas, se pueda recuperar esta ganadería con el fundamento de tener unos sementales acordes al criterio que tú tienes como ganadero y a lo que es el encaste”.

Respecto a ese criterio, "Nos basamos en un ejemplar que sobretodo tenga emoción para el aficionado que está en el tendido, que es seguidor de estos encastes y este tipo de toros, pero que a la vez, sea un astado que un torero pueda hacerle una faena, que sea toreable, y la palabra toreable no en el sentido de que sea un toro tonto que le puedan pegar mil pases, sino, toreable refiriéndose a un toro que un torero sea  capaz de pegarle esos 20 pases con transmisión que pueda emocionar. No buscamos un toro que por su emoción se tire al pecho de los toreros, sino al contrario, que humille y se deje hacer una faena en condiciones” comenta Alberto Manuel.

Volviendo al tema de los sementales, el ganadero nos contó una curiosa historia respecto a uno llamado Bonarillo, nombre muy importante dentro de las ganaderías de la rama Coquilla. Transcribimos sus palabras: “A lo largo de los últimos años que vamos tentando, siempre vamos buscando sementales nuevos que tengan características de las que le faltan a la ganadería, entre ellos, ese poquito de emoción, y dentro de los 7 novillos que se tentaron, saltó uno a la plaza que desde su salida fue espectacular, hizo una pelea en el caballo arrancándose de largo, galopando, y fue extraordinario, para el torero tuvo emoción y transmisión. Y luego, una vez aprobado el novillo, miramos la reata del animal y nos damos cuenta de que se llama Bonarillo, su madre es pura Coquilla, por la vía de Sánchez Fabrés, una ganadería que se está perdiendo, y eso la verdad que nos hizo mucha ilusión, porque a la vez que habíamos sacado un semental nuevo, descubrir encima que estamos manteniendo una joya genética que prácticamente se está perdiendo. Y con ese novillo, vamos a revivir un poco esa línea. Viene de una reata muy conocida. El padre es San Martín por la línea de Buendía y Graciliano, o sea, que en un mismo animal hay una mezcla de tres sangres diferentes.

Tienta de Bonarillo. Fotografía de Diego Alcalde cedida por el ganadero.





Nos comentó el ganadero que a diferencia de lo que ocurre con las ganaderías de procedencia Domecq en las que es práctica habitual el dejarse sementales entre ellos y que ayuda a mantener abiertas las ganaderías, en este otro tipo de encastes cuesta mucho llevarlo a cabo. Los ganaderos no se abren y así es muy complicado que las ganaderías evolucionen. La ventaja que tiene Alberto Manuel con lo suyo es lo ya comentado, ese abanico de distintas ramas en las que ir buscando y probando. Y más cuando también es conocido que el señor Chafik en su día, trajo pajuelas derivadas de satillos mejicanos. Con ello se consigue mantener muy abierta y con múltiples posibilidades esta vacada. 


En cuanto a la camada para este año, pudimos ver que saldrían dos o tres corridas y una novillada. Ésta última todavía no tiene destino, ahora están comenzando a preguntar por ella. Hay novillos de hechuras preciosas y uno que destaca por su particular mancha en la cara.






Respecto a los toros, uno va a la corrida concurso de Vic-Fezensac, y hay varios reseñados para un desafío en el mes de septiembre en la plaza de toros de Las Ventas. De todos ellos tendrán que salir tres. Luego hay otra corrida completa aun sin plaza asignada. Se caracterizan todos por sus buenas hechuras, unos más en Buendía, otros más asaltillados, y de pelajes característicos: cárdenos, negros entrepelados y algún lucero.



















Precioso el marcado con el número 100.










El número 95 preparado para la concurso de Vic-Fezensac.


Gran seriedad la del número 78.










Un placer pasar esta mañana con este ganadero que ha realizado una apuesta fuerte, esperemos que le salga bien, por el bien de la fiesta y la diversidad, y ojalá consiga adaptar más si cabe esta ganadería al momento actual que atraviesa la tauromaquia.

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